Conocedor de la artesanía canaria, especialmente de las labores realizadas en La Palma, así como de las diferentes festividades de nuestra isla, Vicente Blanco lleva más de medio siglo dándole rienda suelta a su creatividad. Su personal visión hizo que la fiesta más importante de Villa de Mazo diera a principios de los años 60 el cambio que la transformaría para siempre en lo que hoy en día es. El tipo de estructura y ensamblaje que diseñó para los arcos, que por primera vez se elevaron en vertical, convirtió entonces al Corpus Christi de Villa de Mazo en uno de los más espectaculares de España. No en vano, está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y cientos de personas se acercan desde distintos lugares de dentro y fuera de la isla año tras año para disfrutar de estas obras de arte efímeras en las que participan los vecinos y vecinas de todos los barrios del municipio. (Entrevista realizada en 2020)
¿De dónde vino la idea de levantar el Corpus?
Dentro de mis esquemas siempre he sido muy rebelde y atrevido en el buen sentido de la palabra. Había que hacer algo diferente. Siempre he sido de romper moldes. El Corpus tiene una especie de metamorfosis. En sus inicios fue una fiesta religiosa. Salía la procesión, la gente ponía flores por el suelo, desgranadas como podían, con unas ramas por las orillas. Más tarde alguien dijo que a aquellas flores había que darles un cierto orden y empezaron a hacerse unos pasillos por las calzadas con unos moldes de lata donde se iban colocando las flores. Luego vinieron las alfombras con estampas eucarísticas, donde entre alfombra y alfombra seguían los pasillos, hasta que con el tiempo aparecieron los arcos. A mí me toco incorporarme al Corpus en los años 60. El primer arco que hice fue en el 63. A partir de entonces he hecho arcos todos los años. Primero hacía el de La Rosa, donde nací, pero cuando me vine a vivir a El Pueblo empecé con ese y el tapiz. Me encontré con un Corpus del suelo, de alfombras y descansos. Lo que se hizo fue levantarlo y darle un diseño a los arcos. No eran simples palos con ramas. El arco decía algo, tenía un simbolismo, representaba algo. Con esas premisas empezó a funcionar el corpus vertical que conocemos hoy en día.
A lo largo del tiempo se hicieron importantes cambios en la estructura de estas obras de arte efímeras.
En la estructura de los arcos ha habido una evolución. Recuerdo que los primeros arcos se hacían con los aros de las pipas que venían con productos y mercancías de la Península. Después se trabajó con tablas y listones. Los “nervios del arco” eran pura madera. Antes mantener un arco era muy costoso. Ahora se trabaja con cerrajería de hierro y madera al mismo tiempo. Es más ligero y es más fácil conseguir pasar los dibujos a la realidad.
Detrás de todo esto existe una labor de investigación y trabajo común del pueblo.
El Corpus apareció como una cuestión social auspiciada por la Iglesia, la enseñanza y un grupo de personas que tenían una inquietud artística y aprovechaban para hacer algo. Para mí tiene 3 vertiendes: una ecológica y vegetal, otra de tipo religioso con una significación, y finalmente una cuestión cromática. Luchamos por conocer los materiales, separando los que no hay manera de manejar, conocimos las plantas que podíamos usar, las que no, las que podíamos cultivar... En los inicios las mujeres le dieron mucha vida al Corpus. Hubo que transportar las ideas que ellas tenían del bordado a unos enrames vegetales. Han habido diferentes cambios. Al principio preparábamos el Corpus con las flores frescas y a los dos días de sol las flores cambiaban, unas secaban bien y se quedaban con el color que tenían, otras no. Entonces se ideó asegurar el color secando las flores. El preparado del material lleva un proceso que se vive durante todo el año. Son costumbres que se han ido pasando de un barrio a otro, o pequeños descubrimientos que se hacen entre todos. Existe toda una metodología dentro del Corpus, que es lo que le ha dado un sello particular. Se mantiene ese marco ritual en el que la gente se reúne y participa. Los que creamos estamos bajando un arco y pensando en el del año que viene…
Además del Corpus, es buen conocedor de la Fiesta de las Cruces.
El 3 de mayo, que es el Día de la Cruz, los mazucos tenían la costumbre de ornamentar las cruces haciendo algunos enrames con lo que había. Habría que remontarse a la época de la conquista, cuando aparecieron en las montañas, caminos, lugares donde fallecieron algunas personas… Posteriormente se cogió la costumbre de hacer Fiesta de la Cruz donde no había ermita, ni fiestas importantes. Incluso se llegaron a preparar cruces de familias celebrando con ellas fiestas de prestigio personal. Es por esto que, de las cruces que se conservan, la mayoría tienen nombres de lugares o de mujeres. Con el tiempo las cruces pasaron a ser del barrio. Actualmente las preparamos entre un grupo de vecinos de la zona. Para ese día los trabajos están repartidos por inercia y costumbre de años anteriores. Se trata de mantener una tradición de familia, porque siempre estuvo la costumbre de encargar a las nuevas generaciones que no se olvidaran de enramar la cruz. Nosotros la recibimos de nuestros antepasados. Los pueblos limítrofes tienen costumbres similares. Las cruces también se enraman con tela, papel, encajes, flores…
A lo largo de su trayectoria ha incursionado en el arte con diversas exposiciones de su obra...
He hecho exposiciones de pintura, pero no me puedo considerar pintor. En Bellas Artes en Tenerife estuve una temporada pero no continué, porque los medios de subsistencia de mi familia no eran los apropiados para hacer una carrera fuera y además la metodología y pedagogía que tenían de dejar a todo el mundo en libertad me llevó a irme a casa, comprarme cuatro libros y pintar por mi cuenta. Entonces hice magisterio porque había una academia en La Palma y luego me dediqué a trabajar de maestro. He pasado por la vida siendo lo que me ha gustado ser, no me ha acomplejado nunca que la gente sintiera ridículo porque me gustara esto o hiciera lo otro. Si te vas a condicionar por el que dirán en los alrededores, no haces nada. Trabajé en lo que tenía que trabajar, pero no he dejado mis aficiones. Y esto lo hago como una costumbre, toda mi familia ha estado metida en esto.