¿Puede hablarnos un poco de cómo y por qué se inició como apicultor?
Me gustó este mundo de la Apicultura. Me gustaron los animalitos y empecé con una colmena que me regalaron y de una pasé a tener más de 200.
Entonces, ¿estos fueron los inicios de Mieles Tagoja?
Sí ya te digo... Empecé por 1 colmena, de 1 pasé a 7-8... ya para autoconsumo me sobraba miel. Entonces, como tenía unos amigos que tenían un supermercado, empecé a venderla bien presentadita, con sus tarritos nuevos de paquete, con su etiquetita, no tarros lavados y reciclados de los zumos Libbys como se veía antes en algunos sitios. Así hasta el día que me cogió el inspector de Consumo de aquel momento, Miguel Cabrilla, que, junto con el inspector de Sanidad me informaron de que además tenía que añadir el Registro Sanitario. Y así lo hice en 1998, le puse nombre a la miel por la zona donde se produce y hasta la fecha.
¿Cómo funciona una colmena?
Una “colmena” llamamos a la residencia de las abejas. El grupo de abejas es un “enjambre”. Normalmente las colmenas se multiplican cuando se multiplican las abejas, que es ahora en primavera. Ahora que hay muchas flores y mucho néctar, las abejas se vuelven locas a trabajar. Entonces empiezan a criar, y cuando la colmena se queda pequeña y ellas están apretadas, las obreras hacen “realeras”: hacen reinas. Las “realeras” son celdillas un poco más grandes para que puedan desarrollarse las larbas de la futura generación de reinas, que son más grandes, y las alimentan con jalea real. Ya, cuando empiezan a nacer las reinas, ellas se pelean por el “reinato” de la colmena y, normalmente, la reina vieja se va. De ahí sale un enjambre grande, que es el primario. Y de las reinas nuevas que se pelean por el reinado empiezan a salir otros enjambres más pequeños que se llaman “jabardos” hasta que queda una reina, que es la que elige la colonia de obreras. Aquí ya llega el momento de que las reinas sean fecundadas, y es cuando entran en acción los zánganos, que no sirven para otra cosa y hacen falta como 10-12 para fecundar a la reina. Si no se fecunda la reina, la colmena se vuelve “zanganera”, y las “colmenas zanganeras “, sin reina, terminan muriendo. Y, a grandes rasgos, ese es el mundo de ellas.
En ese mundo, ¿qué labores desempeña el apicultor?
Conociendo los ciclos de ellas uno sólo tiene que “ayudarlas”. El apicultor puede provocar que los enjambres salgan artificiales, es decir, que no tenga que enjambrarse la colmena para reproducirse. Si hay muchas abejas, a lo mejor te sale algún jabardo del núcleo principal. Pero si hay pocas abejas, a veces se eliminan entre sí hasta que queda una reina sola. Ahora en primavera, como hay mucha cría, puedes controlar las abejas aprovechando la “enjambración” si te interesa hacer colmenas nuevas. Pero hay que conocer los ciclos de ellas y observarlas porque todos los enjambres no son iguales. Según la reina puede variar hasta el carácter de las abejas. Yo mismo he tenido que cambiar reinas a algún enjambre porque eran demasiado agresivas. También depende del tipo de abejas que sean.
¿Cuáles son los principales desafíos que se encuentran actualmente los apicultores y las abejas en la isla de La Palma?
Lo más problemático hoy en día está siendo el tiempo. Se ve en que hay años de sequía pues llevamos 2-3 años que los inviernos son cortos y el verano muy largo. Este año es bueno. Pero, si este tiempo se aguanta mucho más, las flores que hay se secarán. Entonces la producción promete. Pero no está asegurada.
Otro problema grave que llega aquí son las enfermedades por la “globalización” y el poco control de lo que entra. Aquí no existía la “Varroa”. Ahora tenemos “Varroa” desde el año 2005, la “Loque americana” que es una infección bacteriana que sólo se puede tratar matando las abejas y quemando las colmenas con las abejas dentro porque es extremadamente contagiosa entre las abejas. Luego la “Varroa”, que es un ácaro que se alimenta de la grasa corporal de las abejas da muchos problemas. La “Braula” es un piojo que se parece a la “Varroa” en apariencia. Pero la “Braula” les das humo de tabaco a los bichitos y esos piojos se desprenden. La “Varroa” no. La “Varroa” pincha y ahí se queda. Y el problema es que transmite otras enfermedades y produce deformaciones que terminan matándolas.
Otro problema grande son los fitosanitarios y la ignorancia a la hora de usarlos. Ahora que están floreciendo los aguacateros te ves a mucha gente sulfatando con Boro para que “cuaje” la flor, y el Boro en cantidad actúa como un contaminante que mata a las abejas también. Hay productos menos dañinos que se pueden usar para lo mismo. El Ácido Sálico también ha traído problemas. Es un producto que mata la Varroa. Pero sólo sirve el que es puro, que viene para alimentación. Porque hay un Ácido Sálico que se usa para limpiar los pisos de mármol, granito, etc. Y ese ¡está lleno de metales pesados! y encima, es más barato que el puro. ¿A cuál crees que va la gente? Y algo parecido pasa con la Fendona, y el Roundup y todos los glifosatos, que son residuales. No se eliminan. Las abejas son extremadamente sensibles a ese tipo de productos. Se mueren. Y bueno, a saber qué efectos tendrán en la gente también.
Otro problema es la eliminación de la flora autóctona para dedicar el terreno a monocultivos. Eso genera pobreza en polen. Es como si a tí te quitan todos los alimentos y te dejan sólo a base de pan y agua. Terminas que te mueres desnutrido por la falta de otros nutrientes que necesita tu cuerpo. Hay que observar más la naturaleza y aprender a trabajar “con ella” y no “contra ella”. Y esto lo estamos aprendiendo “tarde”. Además, hay que tener paciencia y de eso en esta sociedad cada vez hay menos.
Algunos mencionaron que, durante la erupción del volcán Tajogaite, las abejas tuvieron algunos comportamientos fuera de lo habitual. Bien es cierto que ustedes están “al otro lado de la isla”, pero... ¿Percibió algo fuera de lo corriente en sus colmenas durante la erupción del volcán?
Fue un año bueno de miel. Yo recogí la miel y puse el ecológico a una parte de las colmenas, como se hace siempre después de recoger la miel. Ese, a diferencia del químico, se pone cada 14 días. Yo puse un tratamiento de ese antes de explotar el volcán y había abejas. A los 15 días fui a ponerlo de nuevo, ya había explotado el volcán, y ya había la mitad de abejas. Y en enero... diciembre-enero, la mitad de colmenas estaban muertas. “Se desaparecían” por los gases. Pero también porque las partículas de ceniza eran tan finitas que se les acumulaban en las alas y no podían volar. “Se quedaban por el camino”. Y las que quedaban dentro de las cajas terminaron que se murieron también por lo mismo. No podían salir volando a buscar comida.
¿Tiene alguna anécdota sorprendente sobre las abejas o su comportamiento que quiera compartir?
Bueno... Pues aparte de sacar enjambres de edificios “a cucharones” de algún agujero... Hay una casa en El Paso. Salí “por patas” de allí. Una señora llamó a Medio Ambiente, al Cecopin,... “mira que dio la lata”. Que había abejas en una casa, que a ver si podían ir a sacarlas,... y nosotros no estamos para eso pero bueno... insistió tanto que al final terminé yendo yo. Yo trabajo en Medio Ambiente también. Me presento allí en la casa, una casa antigua, y la señora que había llamado empieza a decirme que si en la casa había espíritus también porque había polvo en todo menos en la cocina que estaba limpia como si la estuvieran usando. Y yo, cuando la señora me dijo eso, pensé que estaba trastornada.
Pero al llegar allí, me enseñó donde estaban las abejas. Las colmenas estaban en la habitación principal sobre la cama. El techo interior, debajo de las tejas, se había abierto hacia abajo por acción de la humedad y la gravedad y de ahí colgaban las colmenas sobre la cama. Y estaba todo en la casa... pues como cuando “la vivían”. Ropa aquí y allá con los panales colgando. Y aquello daba un aspecto que ya “echaba para atrás”. Abejas muertas sobre la colcha y haciendo panales en otros lados... Y ya después me enseñó la cocina, ¡y era verdad! Todo estaba lleno de polvo. Pero “el losero” ¡limpito! Parecía que se estuviera usando.
Y le dije: “Mire señora, yo creo que esta colmena vale más que llame a Apinsa porque esto es imposible sacarla de aquí” y salí corriendo de allí. No me iba a meter allí de noche yo a sacar las abejas ni loco. Con ver aquello tuve.
¿Qué le daria a alguien que esté pensando iniciarse en la Apicultura?
Que no se meta en esto. Esto es como la droga. “El/la que le gusta, no se puede desenganchar”. El que se mete por dinero está equivocado. Pero a quien le guste el mundo de las abejas, no sale de esto “más nunca”. Es una adicción. Ya sólo coger un enjambre es un regocijo para un Apicultor. Eso de tú coger el enjambre, meter la reina donde sea, y ver que el enjambre “le carga atrás a chorro”, es fascinante. Ya te digo... es un mundo que, si te gusta, no sales.