Por Carlos Pais Lorenzo · En Nuestra Tierra siempre se ha estilado el reunirse y celebrar cosas, bien al lado de un fuego, bodegas, casas o asaderos para hacer brasas o encender el fuego y cocinar, sea potaje, carnes, pescados o paellas... y como no, como en todas buenas reuniones, hay que acompañarlas con la bebida, que en nuestra tierra solía ser el vino y buen aguardiente para hacer las pesadas digestiones, hasta, como suele pasar con el paso del tiempo y de las nuevas costumbres del mundo capitalista, esto se cambió por la cerveza y los cubatas o combinados, ya sean con whisky, ginebra, vodka, etc.

El hombre educado de nuestra tierra cuando te invita a su casa es un hombre amable, afable y empático con los demás, a pesar de que venimos de gente de campo, a pesar de que nuestros antepasados vivían con lo que se podía, que en ocasiones su despensa no estaba tan llena, a pesar que en épocas de sequía quizás no había tanto para ofrecer, existían gentes humildes, pero sobre todo, educadas que se sabían comportar y compartir su tiempo, comida y bebidas sin tener que hacer sentir mal a los invitados, y así nuestros antepasados también nos dejaron un legado de saber divertirnos y disfrutar de lo que un buen anfitrión nos quiere dar, pero en ocasiones no es tal y lo que se espera del invitado, no es suficiente, o no lo que se esperaba, pues a veces sino bebes al ritmo de los demás, sino te vas de su casa con los demás hombres y prefieres quedarte a tomar café con las personas que allí quedan, ya pierdes tu buen hacer, buena educación y reputación, por no querer emborracharte, perder el tino y terminar no sabiendo lo que hablas o intentas hablar.

No juzguemos a nuestra isla o a sus habitantes por estos últimos anfitriones de los que hablo, de los que se empeñan en que bebas como ellos, de llevarte a su terreno de pérdida de conciencia y realidad, pues no está reñido el ir a un almuerzo con amistades sin tener que beberte todo lo que te pongan por delante, no esta reñido el saber estar y ser simpático, risueño y resuelto en cualquier situación, aunque no bebas de todo lo que se te invita... chupitos, copas... no hay que dejarse llevar, sino por uno mismo y lo que te apetece a ti disfrutar, y no serás ni menos hombre, ni mujer por dejar esa copa llena, esa que algunos se empeñan en que te tengas que tomar... pues si quieres de verdad disfrutar de nuestra tierra y comidas, celebraciones o fiestas, y te encuentras con alguién que de esa manera te la quiere enseñar, entonces, es que no estás en el lugar indicado ni adecuado donde puedas disfrutar.

En Nuestra Tierra hay grandes vinos, aguardientes, rones hechos aquí, licores, mistelas... para disfrutar, saborearlos, que nos den su magia y nos hagan bailar y sonreír. Lo que viene después de todo eso sobra, si lo que quieres es terminar el día o la noche, celebrando la vida y siendo feliz.



“Un mono americano, después de emborracharse con brandy, no volverá a beber un vaso de eso en su vida. Eso lo hace mucho más inteligente que la mayoría de los hombres”. Charles Darwin.