01 de abril de 2025

La Palma bonita Nuestra Tierra

Los preciados polinizadores
Los preciados polinizadores
AVEJAS
Por Carlos Pais Lorenzo · En Nuestra Isla, como en cualquier otra parte del mundo, las plantas necesitan propagarse para sobrevivir, nuestros cultivos necesitan polinizarse para poder dar frutos, hortalizas, vegetales... y es aquí, y aprovechando que en esta edición se entrevista a un apicultor, donde entran nuestras grandes protagonistas, las abejas.

Existen en el planeta más de 20.000 especies conocidas que habitan todos los continentes, con excepción de la Antártida, pues si no existen flores no pueden sobrevivir. En nuestra isla por suerte, sí.

Hay muchas flores y más en esta época que llega, viene en camino la explosión de vida que nos trae consigo la primavera a nuestra tierra, donde las abejas negras que habitan en todas y cada una de las islas se encargarán de recolectar polen y néctar para su alimentación y supervivencia, y como no, para el disfrute de nuestros paladares con su rica y tan variada miel, pues según las zonas que habitan, donde recolecten el polen y el néctar, tendremos varios tipos de la misma, con diferentes sabores, texturas y propiedades.

Nuestra abeja negra es única por unas características específicas y particularidades genéticas, como es el nivel de adaptación al entorno del archipiélago, a su climatología, su flora o fauna y a los diferentes microclimas que poseemos y que las hacen así de dóciles y productivas.
El Gobierno de Canarias, desde el año 2001, puso en marcha un plan para su conservación y recuperación pues se vio, a raíz de la introducción de otras especies traídas de fuera, en peligro de extinción por el hibridaje al cual se vio sometida la especie.

Terminar diciendo que este maravilloso ser lleva en las islas más tiempo que los humanos y que ya nuestros ancestros los awaras, se beneficiaban de ellas. Tendríamos que valorar más lo que hacen por nosotros, valorar la vida que llevan allí donde llegan y empezar a usar productos más ecológicos en nuestra agricultura y en la jardinería de ciudades y pueblos para no envenenar o ahuyentarlas de nuestro entorno, pues como “seres consientes” que nos consideramos, somos responsables de que nuestros hijos, nietos, y toda descendencia puedan también disfrutar de todo lo que nos dan a cambio de nada.

Como decía Manolo García en una de sus canciones: “El amor solo es entrega”... tanto a nuestra especie como a todas las demás, y es así como nos deberíamos entregrar al planeta y a sus seres. Cuidémoslas, aprendamos de ellas, las abejas.
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