Navegamos en un mar de incertidumbre, oh, mi amada isla a la deriva, nave a la deriva y nos agarramos a cualquier cosa que nos haga flotarsobre el mar con seguridad: Cochinilla, tabaco, plátanos y lo que vayasurgiendo, astrofísica, Indianos, Danza de los Enanos, turismo poquito y funcionarios muchos. Sobrevivimos a emigración constante, me refiero a nuestra emigración, la otra, la que viene de fuera carga ahora nuestros plátanos y cuida a nuestros mayores, sobrevivimos a históricas sequías, incendios y pandemias, sobrevivimos como todo el mundo, por cierto, alegoísmo de los poderosos y cada día descubrimos la pólvora, energíasrenovables, desarrollo sostenible en medio de una selva burocrática quepone en tela de juicio aquello de la Smart Island en el país de las maravillas. Energías eólicas, solares y ahora, eureka, aleyuya, leo por ahíque vamos a ser más geotérmicos que Islandia, la prensa no se reprime, agita sus caballeras al viento, la radio ídem de ídem, los políticos sepavonean por la Calle Real llenos de energía geotérmica, ya se habla deprimera potencia geotérmica mundial, ahora yo incluso cuando alguienme cabrea digo que por favor no me toquen las geotermias, en fin el futuro se abre ante nosotros lleno de riquezas y placeres totalmente sostenibles y geotérmicos, de repente he recuperado la fe y me entrego al dios de los volcanes que nos va dar aguas hirvientes para un futuro sin fríoy sin apagones, y otro día hablaremos de esos recolectores de rayosgamma del Roque, que se abren al cielo como cósmicos abanicos sicodélicos, vaya tela, y todavía hay algún palmero que otro que se pregunta para que sirve eso, que falta de visión futurista y geotérmica. En fin.