Leo por ahí que los profetas de la inteligencia artificial pueden vaticinar un volcán con sólo doce horas de antelación. Que cunda, que cunda y como diría Leo Harlem, alegría. Espero que en breve la IA pueda anticipar otras cosas, como decirnos con un montón de horas de anticipación cuando va a llover en La Palma, llover de verdad, como en los viejos tiempos; cuando exactamente va a caer un gobierno, si tal fenómeno es posible, somos españoles, aquí no dimitimos; cuantos latidos exactamente, bueno, con un margen de error de un par de ello, le quedan a nuestro corazón; cuando exactamente se acabará la paciencia de los ciudadanos a los que se prometen cosas y luego nada; cuando se podrá dar la vuelta a la isla sin obras y semáforos; cuanto tiempo queda para que el rabo de gato se haga definitivamente con el cardonal-tabaibal; cuando el monocultivo platanero se convertirá en cualquier otro mono o no tan mono; cuanto le quedan a nuestras susodichas carreteras para el overcrowding definitivo de coches, camiones, caravanas, motos y bicicletas, o sobre todo cuantas horas quedan exactamente para la reconstrucción del Valle. De todo eso yo, que ni inteligencia artificial ni de la otra ando sobrado, yo puedo dar una respuesta a la cuestión de la paciencia. A mí se me acabó ayer y ahora tiro palante con la reserva, no en vano somos reserva mundial de la biosfera y ya saben ustedes , unos funcionan con energías fósiles y otros somos fósiles con energías. En fin.