Me dice un amigo con muchos más conocimientos meteorológicos que yo, que hay un nuevo sistema de predicción que divide a las islas en zonas de climatología homogénea, si, apúntelo, otro término más para el latín de moda, en La Palma tres zonas: La Este, la Oeste y la Cumbre, creo recordar. En las tres los límites de temperatura en función del riesgo para la salud varían bastante, lo cual me parece cosa de esa tan en boga Inteligencia Artificial, seguramente esa misma que dice que el mejor equipo es el que crea más expectativas de gol y no el equipo que los mete sin tanto cuento. Es decir, para dentro y punto. Pienso, si esto de la nueva meteorología es de los productores del Pevolca, cuyos documentos y grabaciones son tan esotéricos que no se los pueden dejar ver a las asociaciones de afectados del Tajogaite, como si se tratara de las actas secretas del Vaticano, los documentos alienígenos clasificados del Pentágono o esas misteriosas aves oscuras que vuelan al revés en ciertas zonas del Tibet. Creo que de seguir así serían más fiables los pronósticos del tiempo de la radio cuando el locutor se asomaba a la ventana del estudio y decía: «Parece que va a llover, el cielo se está nublando, parece que va a llover, ay mamá, que estoy mojando»..., que si, es una canción de antaño y las canciones populares suelen tener razón. Yo hago mi pronóstico pasando de la IA y utilizando la escasa inteligencia natural que Dios me dio sin esforzarse mucho, la verdad: Acaloramiento deportivo, nieblas alcohólicas, bochorno institucional, vientos del norte cargados de promesas, bajas presiones culturales, congelación de proyectos y por mucho que llueva los políticos no se mojan. En fin, la meteorología es lo que tiene.