ORÉGANO
«No todo el monte es Orégano»
Por Carlos Pais Lorenzo · El Orégano (Origanum Vulgare) es una especie probablemente nativa en Canarias, presente en las islas occidentales y en la mayoría de nuestros hogares isleños. Se encuentra preferentemente en la laurisilva y fayal/brezal, en sus claros o zonas más expuestas a la luz del sol así como en los caminos, pistas y zonas algo degradadas de estos bosques. Después de las lluvias del invierno, cuando el sol asoma más a menudo, y se empiezan a alargar los días, podemos ver por el monte cómo las semillas que quedaron en la tierra del verano pasado empiezan a germinar y comienza a estirar nuestro orégano, con sus tallos alargados y sus hojas de verde intenso, para en el mes de julio empezar a abrir sus flores blancas y decirnos que ya está a punto para que podamos recolectarlo.
De paseo
Es tiempo de sacar un día para ir al monte y regresar a casa con el orégano para el resto del año, al menos así muchos los hacían antes y ahora, entre tanto trasiego, sólo unos pocos buscamos un rato para disfrutar de hacerlo. Cuando lo recolectamos hay que dejarlo secar en lugar fresco y ventilado, sin que le de el sol directamente, y sin apretarlo, como hacían los abuelos (amarradito y boca abajo) y guardarlo una vez esté deshidratado en lugar seco, para mucho tiempo conservarlo.
Ummm, ¡que rico!
En la cocina es bien conocido por usarse para los adobos de carnes y pescados de nuestra tierra, dando ese toque de frescura y monte a los olores y sabores de nuestra gastronomía, al igual que lo hace en la cultura culinaria mediterránea, muy conocida en la isla. Pero como si fuera poco lo rica y sabrosa que hace nuestras comidas miren como podría hacer de saludables y beneficiosas nuestras vidas:
Se puede utilizar tanto en infusiones, como en aceites esenciales; para tratar trastornos gastrointestinales, dolores menstruales, dolor de oído, bronquitis, dolores musculares, dolor de muelas, alergias, fatiga, dolor de cabeza, trastornos de las vías urinarias y tratar afecciones de la piel como el acné y la caspa.
¡¡Ah!!, eso si te digo, si lo vas a buscar, cógelo cuando esté en flor y deja siempre alguna rama por detrás para cuando seque salga la semilla. Sin darte cuenta, al recolectarlo, algunas caerán al suelo y quedarán allí para volver a brotar. El próximo año podrás ir y recogerlo otra vez; ¡El ciclo de la vida amigo/a!, para que siga siendo así.
Y recordemos siempre el dicho: “No todo el monte es orégano”, para cuando queremos expresar que no todo es fácil o ventajoso y que también hay cosas que aunque parezcan sencillas en ocasiones se vuelven difíciles y duras de conseguir, eso sí, nunca imposibles.
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